CHANGE

“CHANGE” una palabra simple pero que le dio mucho significado a una de las campañas políticas más emblemáticas de la historia de la Unión Americana “CHANGE” que en español significa “CAMBIO” fue el estratega slogan que convirtió a Barack Obama en el Presidente número 44 de los Estados Unidos.

Es a partir de esto donde nos dimos cuenta que las campañas electorales tenían la obligación de cambiar, ser más emocionales, ser más empáticas y es justo ahí donde sigo comprobando que la psicología y la política van muy de la mano.

 ¿Qué fue lo que hizo tan exitosa la campaña de Obama? Muy sencillo, empatizó con una comunidad que durante años fue maltratada y discriminada pero al mismo tiempo fue incluyente, en su gobierno había espacio para todos.

Pepe Mujíca, el famoso Ex Presidente Uruguayo, fue candidato a la Presidencia de Uruguay en 2009, su campaña jamás habló de un futuro proyecto de nación ni marco ejes por los cuales su gobierno llevaría a cabo la administración del país en caso de ser el ganador, pero Mujíca fue un candidato apegado al “Storytelling” hablar de su vida y de cómo sería el verdadero cambio del país a través del “Movimiento de Participación Popular” adentrarte al sentimiento cotidiano del votante al día de hoy es una de las mejores estrategias políticas que la nueva era a implementado.

Durante años, México se acostumbró a campañas monótonas, elegir a un candidato de buen ver, tomar su foto más sonriente o con el pulgar arriba, generar un discurso y usarlo toda la campaña, cuando ya nos quedó claro que no es lo más favorable hablar de propuestas sobre emprendimiento, finanzas y economía con quien no tiene interés en temas empresariales. El mensaje es claro, las campañas deben ser incluyentes y para todos, la estrategia ya cambio, la ciudadanía quiere sentirse verdaderamente tomada en cuenta.

¿Qué buscamos ahora en un candidato? Sentirnos identificados, que sepa lo que hay que hacer, y que nos represente con responsabilidad desde donde le toque representarnos, porque definitivamente los efectos secundarios de la improvisación legislativa y ejecutiva ya nos ha dejado grandes estragos.