DIFERENTES VOCES.

Somos muchos los jóvenes, tanto hombres como mujeres quienes hemos sido señalados alguna vez por otros al no comulgar en su totalidad con las posturas más visibles en redes sociales en relación con distintos debates contemporáneos que se deben poner sobre la mesa por la exigencia de nuestros tiempos.

Es mentira que no todas las ideas deben ser escuchadas y también lo es que por ser joven tienes que pensar obligatoriamente de cierta manera o que por serlo, no deberías compartir algún tipo de posicionamiento.

Esto no debe ser malentendido. Promover el odio, la discriminación o ir necesariamente a contracorriente como solo lo hacen los tercos jamás será una solución a problemáticas tan complejas como las que tenemos hoy, ayer y por los siglos de los siglos. Más bien debemos enfrentarlas fomentando la empatía, la tolerancia y entendiendo que somos libres de configurar nuestras opiniones sin perder nuestras convicciones.

Decía el Maquío por allá a finales de los 80´s “Los jóvenes sí cambian y los viejos no. Por eso yo soy un chamaco de 53 años que quiere cambiar nuestro país”. Por supuesto lo dicho por un personaje tan relevante para el fortalecimiento de la democracia mexicana no debe significar de ninguna manera perder nuestros valores o someterse a otros, sino que es momento de replantear nuestras ideas y adaptarlas a los requerimientos actuales.

Es una gran noticia que el pasado viernes 21 de enero haya sido electa la primera mujer presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN en Sinaloa junto a Luis Ángel Guatimea quien es el secretario general más joven en la historia del blanquiazul de la entidad.

Este aire de frescura destapa la clara intención del partido de apostar distinto de cara al futuro, dando la oportunidad de dirigir a una voz femenina y poniendo como prioridad a la juventud.

Por eso, si el partido humanista tiene la intención de ser una plataforma política atractiva para los jóvenes, seguramente tendremos que escuchar con voz alta de sus líderes las propuestas y soluciones respecto a las principales demandas sociales y medioambientales; temas que al joven naturalmente le importan pues compartimos un interés genuino por proteger al más vulnerable y preservar nuestro ecosistema, con nuestras propias diferencias.

Ya lo sabemos aunque lo digamos poco, que no debemos caer en la hostilidad en respuesta de quien no piense como nosotros pero tampoco quedarse callado es una opción, aunque existen momentos donde es más importante escuchar e intentar entender al otro en lugar de defender todo el tiempo nuestras ideas.

Recordemos que no existe un consenso que dicte que todo joven debe pensar igual. Ni lo habrá. Pero sí debemos prepararnos y entrarle a la batalla de las ideas, porque todos tenemos las propias y deben ser escuchadas, independientemente del tema, pues ninguno es exclusivo de nadie.

Como jóvenes; escuchemos, preparémonos y opinemos. Todas las voces cuentan.

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