QUISIERA QUE FUERA CUENTO.

Por Ana Quintero.

En 2017 asistí a una marcha en la que exigíamos justicia por el asesinato de Javier Valdez. Ahí me enteré de que el asesinato y agresión contra periodistas era un problema severo que las autoridades no estaban atendiendo. Desde entonces han existido pocos o nulos avances para garantizar la seguridad al gremio y se han asesinado a cientos de periodistas a lo largo y ancho de la república mexicana.

Como siempre tengo muchas preguntas incómodas: ¿Cómo podemos aspirar a tener prensa libre si las condiciones de trabajo son deplorables y, encima de todo, arriesgan sus vidas? ¿Cuántos periodistas y comunicadores deben morir en condiciones de violencia para que los mecanismos de protección se vuelvan efectivos? Y las más importantes: ¿Cuándo dejarán de ser necesarios los mecanismos de protección? ¿Cuándo podrán investigar e informarnos sin que esto suponga un riesgo fatal?

Las y los periodistas no deberían tener que elegir entre investigar y/o publicar y seguir con vida; y nosotros, como consumidores, deberíamos poder ejercer nuestro derecho a la información sin mayor trámite que indagar entre los portales o sitios oficiales de las fuentes de información. Al final del día, aunque “no se mata la verdad matando periodistas” como bien dijo Javier Valdez, sí que se coartan derechos y libertades por todos lados. 

En pocas palabras, la violencia contra periodistas y comunicadores en México es un problema profundamente doloroso por las vidas que arrebata, pero también, dañino para la conversación y opinión pública, riesgoso para la democracia y tóxico para las dinámicas de poder y toma de decisiones. Quisiera que fuera cuento, pero este problema es una arista importante de la red de problemáticas que nos azotan como país y que son urgentes de resolver. 

Expreso mi solidaridad con las víctimas directas e indirectas, y les digo con total desolación a quienes me lean que no tenemos más opción que seguir exigiendo justicia y recordarle al Estado que su trabajo es garantizar seguridad para el gremio periodístico y para toda la ciudadanía en general. Mientras logramos que en México se pueda informar sin miedo, nos vemos el próximo viernes.