
¿CONSERVADOR?
Como parte del discurso del presidente de la república, establece que en este país solo hay dos corrientes de pensamiento y visión política, las cuales el señala vienen desde el origen de nuestro país, la visión de conservadores contra los liberales, estos últimos los héroes de la historia nacional del siglo XIX, se lograron grandes avances como la consolidación de México como país y las leyes de reforma impulsadas por quien considera su referente al gobernar Benito Juárez.
Una de las principales características de un conservador es la miopía sobre su lugar en el espectro político de pensamiento, ya que tienden a confundirse e incluso creer que son liberales, pero su naturaleza política es no ofrecer alternativas a su visión del mundo, cuando este avanza a pesar de él, por lo que al sentirse rebasados recurren a aislarse del mismo, motivo por lo que evitan conocer fronteras.

Los conservadores tienen en su naturaleza poner poco interés en la economía, ya que desconocen su funcionamiento por ello hace patente su desconfianza al querer sobre regular y controlarlo todo, en pocas palabras le parece inconcebible, que lo rebase la espontaneidad del mercado.
La parte que puede llegar a incomodar más de una visión conservadora del estado a través de un gobernante conservador es el justificar la coerción por parte del gobierno con base a ideas morales o religiosas, en pocas palabras buscar imponer sus valoraciones personales al resto de la sociedad.
Otra de las características de manual, es la de confundir el patriotismo el cual significa el amor a nuestro lugar de origen, idioma, gastronomía tradiciones, con el nacionalismo que es el busca sembrar rivalidad y enfrentamiento con otros a base de xenofobia intolerancia o rencores añejos para generar simpatía entre los gobernados y legitimar conflictos.
Imaginen que se tuviera un gobernante conservador que solo tiene una visión política personal, que evite el debate público en las cámaras, que no escuche ni a sus aliados, mucho menos a la oposición, cuya única alternativa a los problemas públicos de la vida nacional emerjan de su voz cantante. Que en su desconocimiento del mercado busque la regresión de los monopolios estatales, ya que su temor a lo que no puede dominar lo rebasa.

Imaginemos a un presidente que vive aislado de un mundo que no comprende y que no le interesa comprender, que no viaja ni asiste a cumbres internacionales delegando su papel como jefe del estado a sus colaboradores, o que busque al interior de su país gobernar en función de discursos y frases moralinas o que peor aún utilice los recursos del gobierno para la creación de una “cartilla moral” que sea de pensamientos conservadores tan arraigados que tu trabajo diario sea la evangelización de 126 millones de personas.
Imaginemos que lo narrado en los párrafos anteriores fuera real y que nuestro país tuviera un presidente conservador, y no un liberal como el que tenemos actualmente, sería un peligro para México.
Esta mi humilde opinión, la última palabra es suya estimado lector.
