LA INVASIÓN DE PUTIN A UCRANIA.

Por Alberto Emerich.

No cabe duda que el conflicto internacional que hemos escuchado con más fuerza en las ultimas semanas ha sido el de la posible invasión rusa a Ucrania, controversia que ha despertado el interés mundial y a provocado un sinfín de especulaciones sobre lo que podría suceder.

El principal objetivo de Rusia es contrarrestar a toda costa la influencia de la OTAN, la alianza militar intergubernamental que se creo en un inicio con el fin de contrarrestar la expansión de la URSS tras la Segunda Guerra Mundial.

La incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica sería un durísimo golpe contra Rusia pues supondría un peligro constante para Moscú al ser un país vecino. En caso de que así sucediera, los rusos tendrían misiles nucleares apuntando a las ciudades principales desde Ucrania, dejando al Kremlin con un reducido margen de maniobra si se presentara un ataque dirigido por la OTAN. Es esto lo que precisamente Putin intenta evitar a toda costa.

Es curioso como cambian las relaciones internacionales y las posturas de los países con el tiempo, recordemos que, al inicio de este siglo, cuando el mandatario ruso asumió la presidencia en el primer relevo democrático en la historia del país, no se expresaba públicamente de manera hostil sobre la OTAN, sin embargo, la expansión hacia los países de Europa del este por parte de la mencionada alianza, la anexión rusa de la Península de Crimea en 2014 y las sanciones financieras impuestas al país más grande del mundo han sido algunos de los elementos claves para que la tensión aumentara hasta el punto de sentirse como una autentica Guerra Fría. 

No olvidemos que Ucrania es un país estratégico para el abastecimiento energético de la Unión Europea pues por ahí se transporta el gas natural desde Rusia. De hecho, casi el 40% del gas que importa la Unión Europea es ruso y muchas economías europeas tienen una dependencia enorme en materias primas que importan del país eslavo, lo que podría usarse como mecanismo de presión por parte de Rusia al momento de negociar con sus adversarios geopolíticos.

A finales del año pasado Rusia decidió colocar a más de 100,000 soldados en la frontera con Ucrania, cifra que ha aumentado hasta llegar a más de 120,000 y, a pesar de que el ejercito ucraniano paso de ser una vergüenza a ser vestido con dignidad desde que recibió apoyo de armamento y entrenamiento a sus militares por parte de Estados Unidos y algunos países europeos, sin el refuerzo militar de la OTAN seguramente no resistirían un ataque ruso y por el momento, no todos los países miembros de la alianza se han mostrado claros en este tema.

También podríamos pensar y quizás, no sea una idea tan alejada de la realidad que Putin busque dividir a Ucrania en dos, anexándose el lado este ucraniano en donde la mayoría de la población es ruso-parlante y en donde se concentra el ciudadano pro-ruso. Digo, ya tomo la Península de Crimea en donde casi el 70% de sus habitantes pertenecen a la etnia rusa.

Consideremos que las sanciones económicas que se realizaronen contra de Rusia por parte de la comunidad internacional en 2014 tras la invasión de Crimea, junto a la pandemia del Covid-19 han sido factores importantes en el derrumbe de los últimos años de la economía rusa y, ya lo dijo Biden, que una invasión a Ucrania supondría sanciones aún peores, lo que posiblemente limitaría el desarrollo económico del gigante eslavo a mediano y largo plazo.

Por otra parte, deberemos estar atentos de las declaraciones y las reacciones militares de la OTAN. El Secretario General de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg ha declarado que esta crisis ha sido creada por Rusia, que Ucrania tiene el derecho a la legítima defensa y por ello, los aliados y los miembros de la OTAN le ayudaran a defenderlo, dejando en claro que si los rusos usan de nuevo la fuerza contra los ucranianos, tendrán como resultado más presencia de la alianza militar de occidente en sus fronteras.

Es curioso es que las tropas rusas tengan casi un semestre paradas en las fronteras ucranianas, lo que nos hace preguntarnos: Si Putin hubiese querido invadir Ucrania ¿No lo habría hecho ya?, ¿Qué caso tiene esperar a que los ucranianos se refuercen militarmente y consigan mayor apoyo internacional?, ¿Para qué darle ventaja a sus adversarios y enemigos?, ¿Qué intereses económicos tiene Rusia en uno de los países mas pobres del viejo continente o son meramente geopolíticos?

Subrayando lo evidente, podemos tomar el despliegue de tropas rusas en cuatro de las fronteras de Ucrania como una reacción por parte de Putin al no ser escuchada, desde hace muchotiempo, su demanda de que la OTAN no debe interferir con el espacio de seguridad limítrofe con Rusia, más que un deseo del Kremlin de expandir su territorio. Es decir, Rusia se siente amenazada al tener a la OTAN cada vez más cerca y lejos de considerarla una “alianza militar defensiva”, como susmiembros la llaman, los rusos la catalogan como una “alianza militar intervencionista”.

Y tú, ¿Crees la OTAN debería ceder ante las demandas de Putin y dejar de incorporar a sus filas a países que inquieten a Rusia, o bien, cualquier país que desee integrarse a la Alianza Atlántica debería de poder hacerlo?

Estamos viviendo un momento determinante en el escenario geopolítico mundial y deberemos estar bien atentos de los acontecimientos de los próximos días. Siempre sucede algo interesante.

“La historia no conoce lugares de descanso” Henry Kissinger.