LA COMUNIDAD INTERNACIONAL CASTIGA A LOS DEPORTISTAS RUSOS.

Por Alberto Emerich.

Debe ser triste esforzarte, llenarte de ilusión, entregarte tanto y acabar por pausar o incumplir un sueño porque tu presidente decidió invadir parte de un país y la comunidad internacional condeno como nunca una intervención militar.

Hay tres cosas de las hoy que no hablaremos:

Sobre la hipocresía de la comunidad internacional al hacerse de la vista gorda cuando las intervenciones militares estadounidenses en oriente medio; sabemos que en política no hay congruencia, solo intereses.

Sobre el consenso civil universal de posicionarse en contra de cualquier guerra. Recordemos a Albert Camus, quien dijo “Hay varias causas por las que vale la pena morir, pero ninguna por la que vale la pena matar”. Único intelectual francés que condeno públicamente el uso de la bomba atómica contra Japón, por cierto.

Sobre la justificación rusa de invadir el este de Ucrania y el expansionismo militar de la OTAN de las ultimas décadas. Tenemos que entender que no hay buenos ni malos. Va de nuevo: solo intereses. De otra forma se volvería muy cansado entender las relaciones entre países, quedando cada vez más sesgados por nuestra venda moral e idealizando como funciona el mundo.

Toca echarle un vistazo específicamente a las consecuencias que ha traído este conflicto para Rusia en el mundo del deporte. Veamos…

La FIFA descalifico al equipo de futbol varonil, Spartak de Moscú de la Europa League y no podrán disputar los octavos de final este 10 y 17 de marzo. De la misma manera, suspendieron a la selección masculina de Rusia de cara al mundial de Qatar, quitándoles la posibilidad de clasificar en repechaje; expresando en un comunicado oficial que la FIFA y la UEFA suspenderán a todos los equipos rusos de participar en sus competiciones, ya sean equipos representativos nacionales o de clubes.

Del lado femenil, la selección de futbol rusa no podrá disputar la Eurocopa en Inglaterra a pesar de que ya estaba clasificada; y que decir del dueño del Chelsea FC, Roman Abramovich quien ha sido orillado a dejar su cargo en el club y hasta ponerlo a la venta, al ser considerado muy cercano al Kremlin.

Lo mismo sucedió con la Euroliga de baloncesto, expulsando de la competición a los equipos rusos, al igual que la Federación Internacional de Voleibol, la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo, World Rugby y la Unión Internacional de Patinaje, quienes suspendieron la participación de los conjuntos rusos y en algunos casos bielorrusos en todas sus competiciones.

Tampoco se dejará disputar a los atletas de nacionalidad rusa y bielorrusa (en su mayoría) en ninguna competición en lo que respecta del tenis, siendo el número uno del mundo el ruso Daniil Medvedev; el esquí, ciclismo, triatlón y hasta en ajedrez, donde Rusia es la máxima potencia. Por otra parte, la Formula 1 permitirá a pilotos rusos y bielorrusos competir en carreras mientras no usen símbolos patrios de sus países. Sin duda una decisión menos rígida en comparación con las otras.

Será interesante observar las declaraciones de los deportistas rusos y las posibles transformaciones que sufran estas sanciones en los próximos meses. Personalmente, espero que desaparezcan pronto pues el sudor y el sacrificio de estos atletas no debería de ser en vano; por supuesto, tampoco podemos actuar como si nada estuviera pasando y más que tomar una postura, tal vez deberíamos de empatizar con ellos y separarlos del conflicto en Ucrania, pues sería peligroso abonar a una rusofobia en construcción.

El mundo del deporte le ha dado la espalda a Rusia, ¿Los deportistas rusos merecen ser castigados de esta manera por las decisiones de sus lideres políticos y la comunidad internacional?