TE LO REPETIRÉ UNA Y OTRA VEZ.

Por Cristal Valenzuela.

¿En qué estamos fallando como sociedad, como estado? ¿Cómo es posible que en menos de una semana, tan solo una semana, en Sinaloa se registrarán 5 suicidios? Se trata de jóvenes entre los 16 y 19 años de edad que decidieron terminar con su vida.

Hace un par de semanas escribí una columna hablando de este mismo tema, aún nos cuesta trabajo mencionarlo pero aquí está más que comprobado que es una alarmante realidad y que es urgente generar políticas públicas para prevenir el suicidio.

Desafortunadamente en pleno siglo XXl el siquiera pensar en ir a terapia para muchos es sinónimo de “locura” por ellomuchísimas personas deciden callar y pausar sus emociones generando en ellos mismos un aglomeración de sentimientos negativos que tarde o temprano necesitaran salir. 

Hace poco en una conferencia sobre salud emocional un profesional nos dijo con preocupación lo obsoleta que está la atención, ¿sabían que para tratar a un suicida tiene que pasar por un examen de letalidad para saber si debe ser tratado? Como opinión personal considero que no debería existir una limitante, una persona debe ser tratada sin un examen previo, sin asumir que solo lo hace porque quiere llamar la atención.

Las pocas políticas publicas implementadas sobre salud emocional deben salir si o si de la famosa “congeladora” tenemos un problema real, un problema más que evidente frente a nosotros que más que solución, tiene prevención.

¿Cómo podemos prevenir el suicidio? Escuchando, siendo empáticos, dejando de lado los prejuicios, generando conciencia sobre los tabús que nos han generado sobre pedir ayuda, saber que la terapia debe ser normalizada.

Escribir sobre personas que prefieren terminar con su vida JAMÁS será fácil para mí, pero deseo generar conciencia, deseo que las personas sepan que vale la pena seguir, deseo que entiendan lo mucho que valen.

No sé cuántas veces tendré que escribir sobre los que atentan contra su propia vida, no sé cuántas veces tendré que recordarles, que NO ESTÁN SOLOS, que NO ESTÁN SOLAS, lo que si se es que si mis palabras, si mis oídos, si mi hombro le sirve alguien para llorar, para soltar y para sanar, siempre estarán ahí para quien necesite de mí.