
EL EJÉRCITO: DEL CUARTEL A MI CONCIENCIA.
Por Ana Quintero.
Ni la Guardia Nacional, ni la Marina, ni el resto del brazo armado del Estado. El ejército más poderoso del presidente Andrés Manuel López Obrador es el obradorismo organizado, es decir, representantes y personas en el servicio público, Morena, PT y simpatías de a pie que lo defienden y reproducen sus narrativas en salas y pasillos.
La fuerza del obradorismo organizado es tan fuerte que en pocas elecciones han conquistado muchos espacios de poder y toma de decisiones; tienen herramientas hechas a modo, como medios de comunicación, proyectos editoriales y organizaciones sociales.
La narrativa que dicta el presidente es el elemento que sostiene, reúne, distingue, educa, recluta y prepara para las batallas a las personas que integran el obradorismo. ¿Se puede competir con los poderes y recursos del Estado puestos al servicio de la doctrina de un hombre poderoso?
De que se puede competir, se puede. Pero si no queremos hacer (o seguir haciendo) el ridículo, vale más que le subamos el nivel a la estrategia. Nos toca analizar la narrativa con otros ojos, y huir de los debates casi infantilizados hemos presenciado los últimos 3 años.
Ya leíste: NO DEJEMOS DE ESCUCHAR.
Desmontemos la narrativa obradorista del pedestal de verdad absoluta en el que la hemos dejado estar. Es hora de plantear preguntas que nos lleven al origen de las ideas que se cuelan en sus consignas:
¿De verdad hay un lado incorrecto de la historia? La historia tiene matices de muchos colores, por lo que recurrir al binario yankista de héroes y villanos es absurdo, reduccionista y peligroso para el debate político.
Hagamos que el ejercicio continúe. Aquí van más ejemplos: ¿De verdad el patriotismo se puede medir en un voto legislativo? ¿Acaso el nacionalismo (la patria) es tan importante como para enemistarnos en su nombre? Y Lo mismo del otro lado, porque es urgente ver hacia adentro: ¿Es realista decir que la Cuarta Transformación es lo peor que le ha pasado a México? ¿Qué agenda ha construído la oposición?
Esos dos pesos de preguntas que les dejé arriba son solo un saque de un ejercicio que urge realizar en colectivo, en privado y hasta en secreto. Mientras entendemos que no habrá héroes que alcancen en un país en el que todo mundo señala al de enfrente como villano, nos vemos el próximo viernes.

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