PRIANRD TRAIDORES.

Por Enrique Ramírez.

El pasado 17 de abril se consumó una votación que estaba predestinada a la adopción de una postura obligada, y esa postura fue de acuerdo al sentido de la votación en la que se desarrolló lo que conocemos como Reforma Eléctrica, misma que en la cual, sólo existen dos proyectos: por un lado, el que busca priorizar el interés nacional por el bien de las mayorías; y el otro, el que opta por permitir que capitales privados y extranjeros se beneficien de la industria eléctrica, y desde el luego, de minerales estratégicos como el litio.

Después de una larga discusión sobre este tema, donde se vivió de todo, destacadas intervenciones y declaraciones, posturas y expresiones, entre otras, una que difícilmente olvidaremos, de una diputada del PRI afirmando desde su curul que no necesita “andar pidiendo el voto” por ser diputada plurinominal y “agusto”, expresiones cínicas y con desvergüenza total, ¿acaso esta diputada conoce la historia política de este país? Pues, de ser así, debería de saber que esos espacios (diputaciones por la vía plurinominal) son un triunfo de la izquierda que, al ser por muchos años minoría en el parlamento, no hubiese sido posible la ocupación de esos espacios sin la convicción que garantice la representación de otras fuerzas políticas en un parlamento.

Ya leíste: TRES AÑOS DE TRANSFORMACIÓN.

Sin embargo, ese pensar desde el privilegio es compartido por muchos legisladores, y por esa razón desconocen el sentir de la gente, de las comunidades, de los pueblos originarios a los cuales han abandonado por tantos años. No luchar contra las desigualdades históricas, como la de los precios de la luz, la privatización de la industria eléctrica y las energías en este país, es también, traicionar a la nación.

Esta traición a la que nos referimos, fue advertida hace más de 50 años por el expresidente y priísta Adolfo López Mateos, quien en 1960, en el marco de la nacionalización de la industria eléctrica dijo:

Pueblo de México: Les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros”.

Décadas más tarde, a la llegada del neoliberalismo a México, comenzaría a consumarse una política de entreguismo, saqueo, privatización, y de traición a la patria, por medio de Reformas constitucionales a costa de sobornos y corrupción entre los legisladores, votando una y otra vez en contra de las y los mexicanos. En esa ruta transitó la vida pública del país, hasta 2018 donde la gente cambió de opinión, y que de manera pacífica y electoral les dio la espalda a los partidos tradicionales y salió a votar por morena.

Desde entonces, este país ha dado un giro de 180 grados y a medida que surgen nuevos temas en la agenda pública nacional, la ciudadanía se involucra más, y por lo tanto, inherentemente exige más de sus representantes.  

El pueblo de México sabe quienes son sus legisladores y qué intereses representan. Las cosas deben llamarse por su nombre, y en efecto, son traidores al votar en contra de los intereses del pueblo y las causas populares.

La realidad es que ya no sorprenden, desde hace mucho se quitaron la máscara que por mucho tiempo les funcionó para fingir ser una oposición entre sí, no obstante, desde la llegada de morena al gobierno, han realizado alianzas tan pragmáticas, que contradicen su propia historia e ideología con que se fundaron.

Por ello, son traidores a la historia y a la patria.

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