SOBRE LA PRÓXIMA SEQUÍA.

Por Francisco Ponce de León.

Allá, detrás de lo que hoy conocemos como Colinas de San Miguel, existía una pista de motocross; en ese lugar se reunían un sinfín de personas que se divertían, admiraban y gritaban con tanta enjundia que más de uno quedaba afónico. Culiacán contaba con una población con poco más de 360 mil habitantes y la ciudad solo llegaba hasta lo que conocemos como el puente de Tres Ríos, y ahí se situaba uno de los jardines botánicos con la mayor diversidad de flora y fauna del Noroeste del país. Lo que les cuento sucedió por allá de los 70’s y 80’s, un Culiacán sin la mayoría de los problemas con los que hoy en día vivimos.

Allá en el pasado, tampoco era tan caluroso ni había escasez del vital líquido: el agua.  Hace un año, escribí sobre la importancia que tiene el agua en nuestra vida diaria y partiendo de la analogía que se hace en la película Mad Max, describía un escenario de desolación, desigualdad y guerras por el líquido en las próximas décadas.

Alarmante es que el agua escasea en 81% del territorio nacional; preocupante es saber que, en 8 estados de la república, del 90 al 100% de sus territorios están en algún grado de sequía; de asombrarse está que del 1ro de octubre de 2021 al 15 de mayo de 2022 ha llovido 21.4% menos que en el promedio histórico en ese mismo lapso. Podemos ver la gravedad del asunto en estados como Nuevo León, Aguascalientes, Sonora y las 2 Bajas, que cuentan con regiones de sequía extrema y excepcional, categorías en donde predomina la perdida de cultivos, un riesgo de incendios, escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos.

México se aproxima a una sequía generalizada, que mucho de ello se debe al fenómeno meteorológico conocido como “La Niña” que, particularmente en Sinaloa, ha provocado que se registren pocas lluvias. Los estragos del fenómeno se han visto condiciones más secas a lo normal y adicional se ha tenido temperaturas más frías y perdurables.

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El Gobernador, Dr. Rubén Rocha Moya, ya tiene la problemática en su agenda. Lo anterior se supo a través de las declaraciones dadas en la instalación del Consejo Estatal de Protección Civil al dar a conocer la necesidad de declaratoria de zona de desastre en 12 de los 18 municipios por falta de agua. Más allá del problema hídrico, se aproximan problemas de índole política, social y económica, ya que las repercusiones nos afectarán seguramente a todos.

En Sinaloa son, aproximadamente, 170 comunidades que agrupan a más de 20 mil habitantes las que están sufriendo por la escasez. Mis preguntas aquí, a partir del conocimiento que tiene el personal técnico de CONAGUA, CEAPAS, SEBIDES, entre otros organismos e instituciones que se ven involucrados en la problemática son: ¿Son suficientes los 31 millones de pesos destinados para garantizar el abastecimiento de agua a todos los sinaloenses?, ¿Se tendrá una coordinación eficiente y eficaz entre los tres niveles de gobierno capaz de solucionar los problemas de raíz y no irse por las ramas?, ¿Es efectivo el bombardeo de las nubes para generar condiciones favorables para darse las precipitaciones en los lugares cercanos a las presas?.

¿Será que el gobierno estatal replique las medidas tomadas en Nuevo León al restringir el agua por horarios? Sinceramente no lo creo, pero lo que sí creo es que las juntas de agua potable externarán la preocupación y se deberán tomar cartas en el asunto. Habrá que voltear a ver el nivel que tienen actualmente las 11 presas en Sinaloa de donde se abastece la mayor cantidad de agua en el estado.

Por último, invito a reflexionar sobre el uso que le damos al agua en nuestras casas. Es deprimente ver vacío el cause del río Culiacán a la altura del puente negro; son desoladores las imágenes del río Choix con incontables peces muertos por falta de agua; aunque con la sequía aparezcan lugares inimaginables como Narnia, ubicada en la cofradía de Imala, es mayor el llamado urgente a las autoridades de administrar el líquido de la mejor manera posible.

Se acerca el 24 de junio, día en que, tradicionalmente, se le conoce como “cordonazo de San Juan” ya que se cree que ese día inicia la temporada de lluvias. Esperemos que también, el dios de la lluvia prehispánico, Tláloc, se apiade de nuestra precariedad en el estado y en el país.

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