
POLÍTICO MEXICANO HACE CONFESIONES TURBIAS.
Por Ana Quintero.
Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega es, o fue, militante de Morena, fundador del PRD, Senador en 1988, candidato a la Presidencia de la República en el 2000, diputado federal y presidente de la Cámara de Diputados en el 2018, etc. En pocas palabras: aparece en los libros de historia de los partidos políticos de izquierda mexicanos.
El jueves 2 de junio de 2022, Porfirio Muñoz Ledo, en calidad de diplomático mexicano, tomó la palabra durante una reunión plenaria de la COPPPAL y dijo que “desde hace dos o tres años, México dejó de estar en una transición democrática y ahora inicia una reversión autoritaria con un nuevo rey de la selva”, es decir, el crimen organizado. Señala al Presidente de la República de tener una alianza estratégica con actores clave en el mundo del narcotráfico, de usar el dinero para alcanzar niveles nunca soñados, y de querer heredar su alianza en 2024 al siguiente presidente.
La declaración sacude el escenario político por lo que dice, sin duda; pero nos deja con la boca abierta por quien lo dice: Porfirio no solo apareció en la boleta que le da el triunfo electoral al presidente, sino ha sido su aliado por mucho tiempo. Se sabe que Muñoz Ledo movió cielo, mar y tierra para ser él, y no otro, quien le pusiera la banda presidencial a su bestie.
El conflicto Muñoz Ledo-Obrador no comenzó ayer. De hecho, las grietas fueron visibles cuando terminó la LXIV Legislatura; tuvo mucho que ver la actitud del obradorismo, que ha tomado acciones concretas para desbaratar el proyecto legislativo de la Constitución Política de la Ciudad de México (construído durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera), considerado como una parte muy importante y relevante del legado político de tu tío Porfirio.
La declaración es problemática, pero puede ser divertido o terrible según el caso: si la información es falsa y viene desde el resentimiento que Porfirio le tiene a Andrés, estamos ante el mejor escenario posible porque vamos a vivir para presenciar una de las mejores riñas del siglo, incluso mejor que el pleito entre Alfredo Adame y Carlos Trejo. Pero si la lectura de Muñoz Ledo es cierta, nos enfrentaremos a un escenario devastador que nos aleja cada vez más del proceso de paz que tanto necesitamos. Mientras el gobierno reparte abrazos y no balazos, nos vemos el próximo viernes.
