
¿QUÉ PASÓ AYER?
Por Stephany Acuña.
El engranaje electoral rumbo a 2024 ya se echó a andar y las experiencias que nos dejan los comiciosllevados a cabo en seis estados del país este pasado domingo 05 de junio no pueden pasar desapercibidas en este espacio.
1.- HABLEMOS DE LA NARRATIVA.
“Perder la democracia es mucho peor que perder unas elecciones”. Palabras más, palabras menos, esa frase engloba el por qué – desde que inicio este sexenio – los partidos de oposición han aunado temporalmente fuerzas, y se comprende, cuando se tiene por delante a un déspota en potencia, el deber de la élite política es rechazarlo sin ambigüedades.
Sacrificarse políticamente a corto plazo por el bien del país, entendible, sin embargo, lo que no es entendible es el por qué, en CUATRO AÑOS, ninguno de esos partidos ha sido capaz tanto de tener autocrítica y como de generar narrativas diferentes y cuadros nuevos. Al día de hoy, estoy segura de que tú que me estas leyendo, al igual que yo, sigues asociando a cada uno de ellos con la corrupción.
No dudo que muchos mexicanos quieran sacar a MORENA de Palacio Nacional, sin embargo, hay que entender que el disgusto con este partido no se traduce directamente en votos. Si bien es cierto se sabe que si la oposición va dividida en la elección de 2024 sus posibilidades de triunfo son nulas, no menos cierto es que el triunfo que eventualmente pudiera llegar a tener está intrínsecamente ligado a la capacidad que ésta tenga de ofrecerle algo nuevo a los votantes. De lo contrario, ¿qué incentivaría a un electorado – que apoya mayoritariamente al presidente en turno – a votar por una coalición de partidos desacreditados?
2.- VIOLACION SISTEMÁTICA DE LA LEYELECTORAL.
Desde la transición a la democracia, creo yo, no se había visto tanta violación a la ley electoral como las que ha cometido MORENA en este sexenio. El partido color guinda tiene perfectamente calculado el costo económico que le generarán las multas que le impongan las instituciones electorales vs el beneficio que les trajo en su momento infringir las reglas del juego. Y claro, se fueron por la segunda opción. Son gobierno y al parecer en nuestro país se aplica la ley a modo. Con justa razón salimos reprobados en el Índice de Estado de Derecho que anualmente hace World Justice Project.
Lo anterior esta mal desde el punto de vista que lo veas, en una democracia es injusto que no haya piso parejo a la hora de competir. Apresar al árbitro electoral, marginar a través de tácticas despreciables a los actores que podían truncar el triungo e inclinar a su favor el terreno de juego violentando la ley ¿te parece algo justo y democrático?
3.- ¿QUÉ PEX CON MC?
Al momento de escribir estas líneas sus resultados en la elección del pasado domingo son decepcionantes, lo cual se le puedenatribuir a la pésima gestión en los estados en donde gobierna – donde impera mucha mercadotecnia y poco trabajo y/o resultados –, a los malos candidatos que impuso – solo falta recordar que oso en intentar postular al diamante negro –, o a tener un programa de gobierno con muy poca sustancia – al día de hoy yo no entiendo qué es lo que los diferencia de los partidos de la vieja guardia, la verdad –. O quizás a una combinación de todas las opciones anteriores.
Sin embargo, hay una cosa interesante que resaltar, el hecho de que éste partido haya rechazado irse en coalición con PRI-PAN-PRD abona a dos cosas: a respaldar el discurso presidencial de que la oposición es lo “peorsito” que le puede pasar al país y, claro, a fortalecer su aspiración de convertirse en la famosa “tercer vía”, pintarse ante la sociedad como “diferentes” al resto y“sacar a la vieja política” como diría Samuel García. Aquí la pregunta del millón ¿Son realmente diferentes? Veeemos.
Ojo, en cierta parte es comprensible que los naranjas hayan rechazado unirse a la coalición PRI-PAN-PRD, la realidad es que la marca de estos partidos son un lastre, no obstante, nuestra democracia está en un momento crítico donde aplica la frase que cité al principio: “Perder la democracia es mucho peor que perder unas elecciones”. De nada va a servir una tercera vía si el partido hegemónico hace con el país y las reglas del juego lo que quiere.
Hasta aquí mi reflexión Joaquín, ya no me voy a ausentar tanto. ¡Nos vemos el próximo lunes!
