ARMAR A LOS MEXICANOS.

Por Alberto Emerich.

Hasta que estoy de acuerdo con un priista, y a medias…

Sobre la reciente “propuesta” de Alejandro Moreno Cardenas “Alito”, el Presidente Nacional del PRI, de presentar una iniciativa en el Congreso para modificar la Ley de Armas de Fuego, que más que propuesta es meramente un distractor con toda la intención de desviar la atención de su posible caso de corrupción, debo admitir que como ciudadano estoy de acuerdo y con mucha fuerza en uno de los dos puntos que me parecen importantes de la misma para facilitar la posesión de armas de fuego en civiles.

El primer punto y con el que tengo mis reservas, es el de facilitar a las familias mexicanas el acceso de armas de mayor calibre “a efecto de que puedan proteger su casa, su negocio, sus vidas” de acuerdo con Alito.

Aquí me parece preciso mencionar que México es uno de los tres países en el mundo que tienen en su Constitución el derecho a portar armas de fuego, junto con sus vecinos Guatemala y por supuesto los Estados Unidos.

En el caso de los mexicanos, poseemos el derecho constitucional de portar armas en nuestro domicilio para la seguridad y defensa de los moradores, siempre y cuando esté registrada ante la SEDENA.

Los límites que dicta la Ley de Armas de Fuego son claros; actualmente podemos poseer en nuestro domicilio pistolas de funcionamiento semiautomático y revólveres calibre no superior al .380 (9mm.) con algunas excepciones. Las armas de fuego de mayor calibre están reservadas para el uso exclusivo de nuestras Fuerzas Armadas.

Aumentar el limite del calibre de las armas de fuego para los civiles como lo propone Alito no me parece lo más prudente y menos con los índices de violencia domestica y enfermedades mentales potenciadas por la pandemia, aunque sí creo que es positivo que tengamos el derecho para decidir si queremos que sea una opción para proteger nuestro hogar y familia con las limitaciones actuales, respecto al calibre.

Por otra parte, aunque la iniciativa fuera aprobada, lo cual no pasará; no creo que haya mercado para los mexicanos. A mayor calibre, mayor precio y el ciudadano promedio en México no podría darse el lujo de comprar un arma de este tipo cuando tal vez su única preocupación sea lo que comerá él y su familia el día siguiente, a duras penas.

Además, los obstáculos burocráticos hacen que sea extremadamente difícil hacerse de un arma de fuego en México de manera legal y solo hay una tienda en todo el país donde los mexicanos podemos ir a comprar un arma y está ubicada en una base militar en la Ciudad de México, lo que hace el proceso aún más complicado.

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El segundo punto y con el que estoy de acuerdo es la mención que hace Alito de poder poseer un arma de fuego en nuestros negocios de manera legal.

Por supuesto que armar a los dueños de negocios no es la solución a la inseguridad en México, el Estado Mexicano debería brindar esa seguridad, pero las autoridades han sido, son y muy posiblemente serán ineficientes en este sentido.

Tampoco se trata de jugar a ser el héroe y tomar la justicia por nuestras propias manos; el mexicano promedio no sabe como disparar un arma, no se le ha instruido, a diferencia de nuestro vecino del norte en donde la cultura de las armas es un negocio y existen bastantes lugares que te ofrecen el servicio de entrenamiento.

Sin embargo, creo que es de suma importancia sentirte seguro dentro de tu hogar y en tu negocio, poder proteger a tu familia y tu patrimonio en caso de que las autoridades fallen y no solo depender del monopolio de la fuerza que esta dividido entre el Estado y la delincuencia.

Por allá en el 2016 el Senador del PAN, Jorge Luis Preciado buscó extender los espacios para que el mexicano pueda portar armas en los negocios y en los vehículos, siempre y cuando se cumplan con los requisitos de la SEDENA y el armamento disponible sea el actual, manteniendo la prohibición de portar armas de fuego reservadas para el uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Facilitar la portación de armas de fuego en vehículos seguramente sería un error. Por supuesto, la iniciativa no pasó; la bancada panista no lo apoyó.

Hoy el PAN y el PRD le dan la espalda a Alito en esta propuesta y con justa razón. Es excesiva, exagerada y al final de cuentas una distracción para el mal momento que está pasando como dirigente nacional del tricolor.

A pesar de esto, creo que sí es un debate que se podría abrir en un futuro. El Estado Mexicano le ha fallado a la ciudadanía, la ha dejado indefensa y a orillado a que los sectores vulnerables se cobijen en el manto protector que los delincuentes les ofrecen.