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Asuntos Mágicos.

Por Adrián Espinosa.

En estos últimos tiempos y sobretodo con el advenimiento de las redes sociales, hemos sido testigos de diferentes movimientos políticos, económicos y por supuesto, sociales. Por mencionar uno: Occupy Wall Street en 2011 abogaba por reducir la desigualdad a nivel global y eliminar de a poco los monopolios de las elites, además de la insistente solicitud de gravar a los más ricos, es decir al 1 %.

En las famosas redes sociales se desarrollan poco a poco distintas tendencias como videos virales, fotografías, memes y noticias. Los internautas se convierten en espectadores en primera fila del desenvolvimiento de las tendencias, participando activamente con opiniones e interacciones.

Las redes también forman su propio lenguaje, por ejemplo los acrónimos en inglés como ACAB ( All Cops Are Bastards) LOL (Laughing Out Loud)  ILY (I love you) OMG (Oh My God) o OOMF (One Of My Friends) son tan solo un ejemplo de la nueva configuración del lenguaje digital, algo que algunas generaciones llegan a tener dificultades para comprender.

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Las Redes Sociales son un lugar de creatividad, pero también de modas pasajeras, efímeras, que serán pronto olvidadas. Miles de videos se comparten diariamente, para después dar paso a algo aún más novedoso, quedándose todo en el olvido. Todo es desechable por el paso del tiempo, nada perdura lo suficiente como para sobrevivir periodos prolongados.

En los últimos tiempos hemos sido testigos de otra tendencia silenciosa, pero que está haciendo ruido entre las juventudes, sobre todo los milennials: el New Age digital. Se preguntará usted qué es esto: es una mezcla de pensamiento mágico con la ilusión de la voluntad como motor para la felicidad. Los new age digitales están por todos lados proliferando la palabra de Deepak Chopra o Diego Dreyfus, según sea el caso.

Esta nueva tribu digital es capaz de todo, incluso de culpar a un paciente de cáncer de no curarse de su enfermedad por, cito: “no pensar positivo”. Hay diversas manifestaciones de estos nuevos gurús del bienestar o del wellness, ahora los llaman “Life Coaches” que son básicamente gente con ninguna preparación académica ni intelectual que vende por 3000 pesos al mes la receta para la felicidad: “echarle ganas, pensar y vibrar siempre en la frecuencia positiva, o como ellos dicen “manifestar las cosas”.

Se me puede acusar de negativo y escéptico, incluso de conformista, fracasado, etc. Sin embargo, si hay algo sé es que el ser humano debe de guiarse por la razón, por lo empírico, por lo científico, nunca por la magia. Incluso pueden llegar a los extremos, como de acusar a la medicina occidental de “capitalista y explotadora”; de verdad es increíble y hasta insultante que haya gente que cobre por pseudociencias como el tarot, la magia negra, la numerología o la adivinación.

Culpan de su comportamiento a los astros, culpan a los demás de su comportamiento por los astros, evitan cierta gente porque los astros se lo sugieren; no piensan por si mismos, solo siguen tendencias como borregos que pastan en la parcela. Me parece que hay poca diferencia entre los aduladores del libre mercado cegados por un adoctrinamiento económico del tipo laissez fairey esta ya no tan nueva secta digital: ambos se rigen por dogmas, medias verdades y falacias.

Es difícil que haya un retorno del pensamiento crítico o del escéptico, más cuando se toma de referencia a uno de sus más grandes defensores: Carl Sagan, quien nunca desistió de tomar a la duda como el elemento central de su filosofía. El cosmólogo estadounidense fue un fiel paladín del combate a las terapias New Age, sobretodo en los años 90, cuando la astrología, el debate sobre la abducción alienígena y la medicina alternativa tomaban fuerza a nivel global.

Incluso el científico desarrolló un decálogo sobre las reglas del pensamiento escéptico, mismo que siguió hasta el momento de su muerte para erradicar la superstición y la “ciencia basura”, no sin antes dejar huella en la lucha por desacreditar a las pseudociencias  que “llenan las necesidades emocionales que la ciencia deja insatisfechas” (C. Sagan)

El nuevo mantra de la tribu es que “hay que manifestar las cosas”; mi teoría es que la gente utiliza como refugio esta tendencia con el objetivo de tapar sus propias limitaciones o su desconocimiento de cómo funciona el mundo; mientras tanto voy a manifestar que no tengan mucho éxito en su empresa.

REDES SOCIALES DE ADRIÁN ESPINOSA.