
La unión hace la fuerza.
Por Victor Arredondo.
Cuando la izquierda gobierna en Latinoamérica, se favorece la integración regional y el diálogo para resolver conflictos internos, no lo digo yo, lo dicen las incontables cumbres, reuniones y asambleas en los que los jefes de Estado latinoamericanos de izquierda han estrechado lazos por el progreso regional.
Un ejemplo de ello es la reciente propuesta de crear una moneda común entre Argentina y Brasil, dos de las potencias económicas más fuertes de América Latina. Está propuesta implica que ambos países sacrifiquen su política monetaria (lo que implica que no puedan imprimir dinero como si nada o elevar o bajar la tasa de interés), a cambio de fortalecer el intercambio comercial entre ambos países y unir sus fondos internacionales para darle solidez a su moneda.
La propuesta no solo es ambiciosa, sino también es parte de un resurgimiento en el entendimiento entre los países latinoamericanos para fortalecer sus relaciones tanto diplomáticas cómo comerciales frente a los embates de las economías europeas, china y estadounidense. La tendencia parece ser que va a seguir así, sobre todo tomando en cuenta que los gobiernos de izquierda han puesto como prioridad la estabilidad y fortaleza de lo regional frente a las potencias, a diferencia de los gobiernos de derecha que se habían alineado más con trabajar con Estados Unidos.

La oportunidad está sobre la mesa, por poner ejemplos tenemos las propuestas de México de establecer una organización regional más imparcial y equitativa en lugar de la OEA, la inclusión progresiva de Venezuela en las conversaciones bilaterales y multilaterales, priorizando los temas humanitarios, el rechazo a la violencia y el respeto a las instituciones y la democracia (en los casos de la destitución de Pedro Castillo como presidente del Perú y los recientes atentados contra el Parlamento brasileño).
México tiene mucho margen de maniobra para retomar el liderazgo en Latinoamérica y el activismo político que se perdió con la llegada de Carlos Salinas de Gortari. Algo que se ha hecho bien durante el gobierno de López Obrador es la diversificación de las relaciones comerciales, por lo que sería interesante ver qué puedan meterse más de lleno en el tema entre la comunidad latinoamericana, pero también negociar en bloque frente a Estados Unidos, China o la Unión Europea, con el fin de alcanzar beneficios justos para todos los países sabiendo que ahora los tratados internacionales están encaminados a ser suscritos en bloque.
Para concluir, es de resaltar la iniciativa de los países latinoamericanos por alcanzar objetivos comunes para que a todos nos vaya bien, pero también es necesario estar atentos a que las relaciones sean parejas, y que las negociaciones sean justas no solo entre Estados, sino entre todos los habitantes de los países, ya que no sirve de nada un trato ventajoso para unos cuantos contra el esfuerzo de la mayoría. Es tarea de todos estar atentos y atender los temas necesarios para exigir que las relaciones bilaterales con cualquier país sean parejos y justos.
