¿Empresa grande, gobierno chico?

Por Adrian Espinosa.

Desde que tengo uso de razón siempre se le ha visto al empresario como una figura dadivosa, proveedora, caritativa y por sobre todas las cosas, el generador de empleo por excelencia. Fue hasta hace poco que se empezó a cuestionar todo el halo de hermetismo que gira en torno a este demográfico mexicano, ya que, además de lo ya mencionado, también se le ha visto tradicionalmente como una figura intocable, intachable, impoluta, al que no se le debe de criticar.

Hace tiempo se dio un debate en las redes sociales sobre si el empresario generaba riqueza o la acumulaba. Este planteamiento puede resultar engañoso o incluso malintencionado, porque denota una falsa dicotomía de una u otra. ¿Por qué no ambas? La equivocación es verlo desde un asunto de moral: no son ni buenos ni malos, solo son empresarios. Es cierto, los empresarios son pieza clave en la generación de empleo para millones de personas en México y el mundo, claves para el crecimiento de la clase media.

Sin embargo, no es este eje el que refiere el punto de crítica. La crítica que usualmente se hace refiere a las practicas de evasión fiscal, corrupción, explotación laboral, incumplimiento de la ley, etc. Los empresarios no podrían existir sin sus trabajadores y viceversa. En general, la crítica se dirige más a las elites de la clase empresarial y no a los pequeños-medianos empresarios. Las demandas son, entre otras, tasas mayores de recaudación de impuestos, impuesto al patrimonio, entre otras.

En México está muy asentada la figura del empresario “self-made”, es decir, que adquirió ese puesto, esa fortuna y ese renombre únicamente bajo méritos propios como fruto de su trabajo honesto (¿); este mito está extendido no solamente en México sino en Estados Unidos con figuras emblemáticas como Jeff Bezos y Elon Musk, adorados y venerados por incels de uno y otro lado de la frontera.

Irónicamente los empresarios viven bajo el lema de “empresa grande, gobierno chico”, cuando son estos los que usualmente están al acecho de los subsidios de instituciones las cuales, según ellos, entre menos estén metidas en la vida social, política y económica de la gente, mejor.

Las grandes tecnológicas pagan impuestos, pero los menos posibles y no donde cada gobierno desearía. Tal y como revela Vice, Amazon ha recibido al menos 4.700 millones de dólares en exenciones fiscales en todo el mundo durante los últimos 10 años.

El nuevo informe, “Amazon.com’s Hidden Worldwide Subsidies” (Las subvenciones ocultas de Amazon.com en todo el mundo), ha sido elaborado por Good Jobs First, una organización de vigilancia sin ánimo de lucro que investiga las subvenciones empresariales, y UNI Global Union, una federación sindical mundial que representa a 20 millones de trabajadores de todo el mundo.

Es de suma importancia, asimismo, los incentivos gubernamentales para la pequeña y mediana empresa, esas empresas que normalmente son aplastadas o destruidas por las grandes. El estado debería enfocar sus apoyos en estas dos, además de no imponer tantas trabas gubernamentales, laberintos burocraticos y requisitos engorrosos. Los verdaderos motores de desarrollo de las sociedades son las pequeña y mediana empresa, son los tipos de empresa que realmente fortalecen a las clases medias, las cuales son vitales para el crecimiento económico de un país.

Descubre más desde ¿Te gusta la Política? Bienvenido a Politikmnte

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo