
El ego y el fracaso más grande de López Obrador casi nos cuesta a Tesla.
Por Ángel Jiménez.
La que será la inversión más grande de la historia de México asciende a casi los 10,000 millones de dólares y se acuerda después de catorce meses de puja contra el gobierno federal y que casi estuvimos a punto de perder por el ego de López Obrador.
Sin duda la noticia del momento es que Elon Musk, el hombre más rico del planeta, ha decidido construir una gigafábrica en México que se estima tenga la capacidad de fabricar más de un millón de vehículos eléctricos anuales. Las principales razones por las que el magnate ha decidido instalarse en Nuevo León, sin duda, son económicas y una de ellas es por los precios asequibles de los terrenos, que dicen, el mismo Musk los eligió –probablemente en octubre de 2022 donde se le avistó en tierras neoleonenses- y que más lo convenció la cercanía donde se iniciará del proyecto con el epicentro de Tesla que se encuentra a 380 kilómetros en Austin, Texas. Además, otras de las razones decisorias fue el potencial de la mano de obra calificada que vieron en el estado mexicano fronterizo.

Pero, visto desde un ángulo político, qué otras razones, insignificantes – o no – pudieron haber motivado al magnate de invertir en el municipio de Santa Catalina, en Nuevo León. La visión del CEO de Tesla va acorde a las nuevas exigencias que la globalización nos exige y, el cuidado del medio ambiente es uno de los motores principales – o por lo menos el compromiso- de algunos gobiernos y otro tipo de organizaciones –públicas y privadas- y es aquí donde quizá la visión del señor Musk y el gobernador de Nuevo León; Samuel García, se encontraron.
La fabricación de los carros eléctricos de Tesla habla de la preocupación del magnate por el planeta y Samuel, al ser emanado de un partido progresista: con una agenda verde intensa en el que no es ningún secreto las veces que el partido Movimiento Ciudadano ha ido en contra de las decisiones del ejecutivo federal como el de la reforma eléctrica y la construcción de la refinería Dos Bocas, porque estas no abonaban a la visión ambientalista que tiene la organización partidista de color naranja y que incluso, en esta diatriba, le exigían al presidente que mejor le apostara a las energías limpias y a buscar la transición del transporte de combustión al transporte eléctrico.
Por lo tanto, pudiera ser un factor que tomó en cuenta el inversionista para instalar su mega fábrica de autos eléctricos en Nuevo León, por la seriedad que le imprime el gobernador García Sepúlveda a este tema y el de la certidumbre que le genera el de invertir en un estado con un gobierno de oposición al del ejecutivo federal, porque sabe que ahí no será fácil para la Cuarta Transformación tomar decisiones arbitrarias como en el caso de la cervecera de Constellation Brands, en el que a través de una consulta popular tiró una inversión de 5,500 millones de dólares en Baja California. Cabe señalar que Samuel García recientemente tuvo una gira por Estados Unidos donde posteaba en sus redes sociales que estaba en busca de inversión extranjera. ¿Coincidencia? No lo sé.
Entonces, ¿Por qué tardó catorce meses en concretarse esta inversión? Porque el presidente de la república sigue apostándole a su ego y querer enmendar sus fracasos a como dé lugar. Esto lo expreso porque su afán era el de querer convencer a los directivos de Tesla a querer invertir en estados cercanos al Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) el mismo en el que obligó a aterrizar a Joe Biden en su visita a México el pasado enero para la Cumbre y, donde el equipo de seguridad y logística del presidente de Estados Unidos mandó el Air Force al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para que despegara desde allá para el regreso porque el AIFA no cumple con las exigencias de seguridad, claro esto después de que el gobierno de México le tomara fotos al avión y vendiera la nota del aterrizaje. Por ese capricho es que casi perdíamos la inversión más grande de la historia que se estima puede llegar hasta los 10,000 millones de dólares.
En conclusión.
Uno de los fracasos más grandes de Andrés Manuel por poco nos cuesta la plataforma internacional en la que nos pondrá la planta de Tesla en México. Sin duda el presidente poco entiende de esto, sus múltiples caprichos así lo demuestran y para ejemplificar con uno más pongo sobre la mesa la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y que también nos iba a catapultar aún más al ámbito internacional e incentivar la inversión extranjera. Por suerte, Nuevo León tiene un gobierno con visión y que entiende de globalización. Punto para los Neoleonenses
En política no existen las coincidencias y no está de más tomar a consideración lo que aquí se plasma, quizá son figuraciones mías- dijera Savater- yo solo les dejo un ángulo diferente que podría considerarse.
