NOTIMEX: Las consecuencias de las ambiciones propagandistas de AMLO.

Por Miguel Álvarez.

Que la huelga de 38 meses en Notimex terminara con el cierre de la agencia noticiosa del Estado es la muestra de lo errática que es la concepción del presidente López Obrador respecto del papel que deben jugar los periodistas y los medios de comunicación en México.

Y es que, desde su llegada al poder confundió comunicación política con propaganda, y ruedas de prensa con ejercicios de auto adulación e idolatría de algunos cuantos allegados.

El presidente, que se presume un demócrata, probablemente nunca leyó al politólogo Robert Dahl, quien esbozó los elementos mínimos para que una nación pudiera considerarse democrática, entre los que incluyó la necesidad de (1) libertad de expresión y (2) pluralismo informativo.

Del primero está claro que no podemos jactarnos en este país, donde lastimosamente tenemos una de las tasas mundiales más altas en asesinatos a periodistas, la autocensura por el temor a las consecuencias es el pan diario del comunicador, y el recurso para publicidad gubernamental se utiliza más como un instrumento de premio o castigo a los medios de comunicación más pequeños.

En este contexto tan delicado para la libertad y la expresión, el Gobierno Federal, en su espíritu antidemocrático, consideró que el pluralismo informativo era innecesario y debía ser desaparecido, empezando por buscar convertir a la Agencia de Noticias del Estado Mexicano en un instrumento de propaganda política siguiendo una caduca receta nazista.

El plan desde el inicio fue malo, porque para su instrumentación se puso al frente a Sanjuana Martínez (que es lo mismo que haber puesto a un Epigmenio Ibarra), de quien se esperaba que conciliara al interior de la agencia, saneara finanzas, mostrara imparcialidad, informara verazmente y privilegiara la difusión informativa del más alto nivel; en su lugar nos topamos con una persona con nulas capacidades y experiencia en la función pública, que su único mérito había sido estar dispuesta a defender hasta lo más indefendible de la 4T.

La máxima evidencia de esto fue cuando Sanjuana Martínez decidió publicar en sus redes sociales oficiales un llamado al voto masivo para Morena durante la veda electoral de las campañas locales del 2022. Poco se habló de ello, una funcionaria mediocre no mereció la importancia, pero mostró lo que todos conocemos como la tradición obradorista, ser un delincuente electoral.

Con el cierre de Notimex casi doscientos periodistas se irían a la calle, ¿su pecado? no haber entendido que AMLO quería propagandistas, y no un periodismo serio.