¿MÉXICO RACISTA?
Por Stephany Acuña.
Esta semana navegando por la mejor red social de todas -Twitter- me percaté de que un Tweet del alabado/odiado comediante mexicano Chumel Torres se convirtió en tendencia. El tweetdecía “¿Cómo supiste que voté por Andrés Manuel López Obrador?!? y traía inserta la imagen de Maribel Madrigal, uno de los personajes de la película nueva de película de Disney “Encanto”. Claramente las reacciones no se hicieron esperar, hubo desde quienes dado el largo historial de desafortunadas declaraciones del comediante calificaron -me incluyo- al tweet de racista, pues se podía intuir que hacía alusión a la vestimenta y al color de piel morena de la chica, por otro lado, otros argüían que a lo que Chumel hacía referencia era al “estado de negación” en el que vivía el personaje, critica que se le suele hacer a los simpatizantes del presidente. Sin embargo, el trasfondo de esa discusión va más allá de si estecuate se refería a una cosa u otra.
¿Cuántas veces no hemos escuchado de la oposición y sus adeptos comentarios y frases como “pídenos perdón por votar a AMLO” “no estuviéramos así por la bola de [inserte insulto] no hubiera votado por AMLO” “pues nada más con verlo se nota que votó por López” “por su culpa estamos como estamos” “votaron por AMLO porque tienen primaria trunca -como si eso fuera motivo de vergüenza en un país que alberga aprox. 55 millones de pobres – ”? En lo personal yo no voté por el presidente, sin embargo, comprendo perfectamente que la rabia de millones de mexicanos hacia la corrupción rampante simbolizada en estafas maestras, casas blancas, inseguridad, violencia o guerras fallidas en contra del narcotráfico fue depositada en el voto hacia el ÚNICO personaje que les ofrecía, para bien o para mal, algo diferente.
¿López Obrador es un demagogo? Sí. ¿López Obrador ha desperdiciado el poder histórico que se otorgó en las urnas en 2018? Sí. ¿Qué busca debilitar las reglas del juego para aumentar su poder y el de su partido? Sí ¿Qué su frase “primeros los pobres” la contradice las estadísticas de administración? Sí. Pero adivina qué mi querido lector, si bien es cierto, algunas veces la mayoría se pudiese equivocar sobre sus expectativas sobre un candidato en una elección, no menos cierto es que para eso existe la D-E-M-O-C-R-A-C-I-A : para despedir a quien no funciona.
En un país tan polarizado como el nuestro, la estrategia de los partidos de oposición, lejos de irse por la tangente de insultar y denigrar a quienes no les dieron su voto, debería de focalizarse en comprender las emociones y tomar acción en las causas que originaron que 30 millones de mexicanos vieran y sigan viendo a MORENA como la mejor opción para gobernar el país, para en consecuencia crear una plataforma atractiva que pueda ganarse su voto en 2024, de lo contrario estaremos condenados a vivir otro sexenio de destrucción y desastre institucional – a menos que Marcelo o Ricardo sean candidatos, pero eso ya es motivo de otra columna- pues el voto de los ciudadanos lejos de ser racional es emocional.
¿Cuántas personas no le darían su voto a MORENA en 2024, a pesar de estar decepcionados con los resultados, solo por el hecho de no darles el gusto a todos aquellos que los humillaron por su nivel socioeconómico y/o apariencia? Yo diría que MUCHOS. Mientras noexista un ejercicio de auto reflexión y entiendanque la apariencia, preferencias electorales, ropa, trabajo, nivel socioeconómico no te hace más o mejor persona seguiremos envueltos en este espiral de racismo y clasismo que tanto daño le ha hecho al país.
Nos vemos el próximo lunes.
Como apéndice les dejo dos fragmentos del libro “El milagro Spinoza: Una filosofía para iluminar nuestra vida – Frédéric Lenoir” y que estoy leyendo ahorita en las cuales hace algunas reflexiones sobre el voto emocional:
“Si los hombres vivieran bajo la influencia de la razón, no causarían perjuicio a otros. Pero como viven más bien bajo la influencia de sus pasiones (emociones, envidia, celos, necesidad de dominio, etc.) los seres humanos se destrozan entre sí.”
“Los ciudadanos movidos más por sus emociones que por su razón son más dados a elegir a dictadores o demagogos ¿Acaso no se escogió a Hitler de la manera más democrática del mundo, a causa del resentimiento del pueblo alemán tras la humillación del Tratado de Versalles? ¿Acaso Donald Trump no ha entrado a la casa blanca debido a la cólera y el miedo de una mayoría de norteamericanos?”
