UNA OLA GUINDA DE FIN DE SEMANA.
El pasado fin de semana se llevó a cabo un ejercicio sin precedentes, un partido político renovó sus consejeros delegacionales que son los que ocuparan un espacio en el consejo nacional, de una manera democrática y sumando así a su proyecto a 2.5 millones más de militantes a su movimiento.
Durante ese proceso pudimos ser testigos de imágenes o videos que circulaban en redes sociales donde se muestran distintos incidentes y que los opositores enaltecen para sustentar por qué ellos son una mejor opción. Sin embargo, aún al día de hoy, no pueden negar que en ese ejercicio el pueblo salió a elegir a representantes y que en ningún otro partido se elige de manera democrática a los consejeros tomando en consideración por lo menos a sus propios militantes, ya que en esa podredumbre partidista son las cúpulas las que deciden por imposición quiénes formaran parte de esos consejos nacionales, estatales o municipales.
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El ejercicio del fin de semana tuvo problemáticas puntuales, que tiene su origen en militantes de partidos opositores que están acostumbrados a las viejas prácticas y que aprovecharon la oportunidad para brincar a un partido en busca de cargos, ocupando así los espacios que originalmente son del pueblo.
Pienso que se equivocan, lo más preocupante es que no entienden por qué no entienden, lo anterior ocurre porque a pesar de ganar con operaciones políticas sucias, vulgares dadivas y demostrando su poder económico. A muchos de ellos la base de la militancia los ubica como miembros de otros partidos, familiares de alguien o simplemente son repudiados por sus acciones en el servicio público. De igual manera acostumbrados de éste modo a viejas prácticas se auto denominan líderes indiscutibles, pero un líder se construye con acciones y puedo ver que muy a su pesar, poco a poco se levantan en las comunidades perfiles dispuestos a defender sus ideales con convicción.
Es una lástima que esos chapulines de ocasión lleguen a querer imponer sus prácticas deleznables aprovechándose una gran diferencia con respecto a sus partidos de procedencia, aquí todos son bienvenidos. Sin embargo, no por eso el pueblo permitirá que se aprovechen de su necesidad en tiempos donde la inflación azota con fuerza sus bolsillos, pensando erróneamente que con esas dadivas tienen asegurados sus tan anhelados cargos, fundamentalmente porque será precisamente el pueblo el que decida.
Concluyo que como mexicanos podemos no compartir las mismas ideas, convenir en las mismas posturas ideológicas, pero siempre valdrá la pena luchar por nuestro ideales e insisto en que ya es momento de la gente, de los jóvenes, de que esos verdaderos líderes levanten la mano frente a los cacicazgos locales, aunque deba hacerse sin apoyo, aunque deba ser solos, pero jamás claudiquemos frente a la adversidad,porque tenemos una voz y es momento de que sea escuchada.
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